INTRODUCCIÓN
Este trabajo trata de la leucemia; es decir,
el cáncer que comienza en el tejido que forma la sangre. Cada año más de 40 800
adultos y 3 500 niños en los Estados Unidos reciben la noticia que tienen esta
enfermedad.
Nos permitirá conocer acerca del tratamiento
médico de la leucemia puede ayudarle a que participe activamente en la toma de
decisiones sobre su atención médica. Este trabajo ofrece información
sobre:
·
Causas
·
Tipos
·
Síntomas
·
Diagnostico
·
Tratamiento
·
Cuidados de apoyo que usted puede necesitar
antes, durante o después del tratamiento.
·
Exámenes y pruebas que el médico puede
hacerle en las visitas de seguimiento.
MARCO TEÓRICO
Se define como la proliferación neoplásica de
células hematopoyéticas en una estirpe celular con posterior proliferación y
expansión, cuya acumulación se acompaña de una disminución del tejido
hematopoyético normal en médula ósea y posterior invasión de sangre periférica
y otros tejidos. En las leucemias agudas la población celular predominante está
formada por células inmaduras (blastos), y en las crónicas la celularidad
presenta un mayor estadio madurativo.
Su diagnóstico se realiza mediante el examen
de sangre periférica y de médula ósea. En cuanto a la etiopatogenia sean
descrito ciertas cromosomopatías, radiaciones ionizantes, fármacos mielotóxicos
(fenilbutazona, cloranfenicol y citostáticos), virus y ciertos factores
genéticos (inactivación de genes supresores, activación de oncogenes).
Las leucemias, en general, son más frecuentes
en hombres (56%) que en mujeres. La incidencia varía de acuerdo a la edad y
tipo de leucemia. En USA, las leucemias representan 25% de todos los cánceres
que se presentan en niños menores de 20 años. En cambio en los adultos,
especialmente en los mayores de 50 años, las más frecuentes son la Leucemia
Linfática Crónica y Leucemia Mieloide Aguda (~ 1/10,000).
LEUCEMIA
1.
CONCEPTO
Las leucemias agudas son un
tipo de cáncer, de origen desconocido en
la mayoría de los casos, que afecta a las células sanguíneas, generalmente a
los glóbulos blancos.
La enfermedad se produce a
consecuencia de un error en el proceso de maduración de una célula madre a
glóbulo blanco, que supone una alteración cromosómica que provoca que las
células afectadas se vuelvan cancerosas y se multipliquen sin cesar,
infiltrándose en la médula ósea, donde sustituyen a las células que producen
las células sanguíneas normales. Estas células cancerosas se diseminan por la
sangre, y además pueden invadir otros órganos, como el hígado, los riñones, los
ganglios linfáticos, el bazo y el cerebro.
A medida que la enfermedad
progresa, las células malignas interfieren en la producción de otro tipo de
células sanguíneas, como los glóbulos rojos y las plaquetas, lo que tiene como
consecuencia el desarrollo de anemia y el
incremento del riesgo de contraer infecciones.
Las leucemias tienen una
incidencia aproximada de dos o tres casos por cada 100.000 habitantes y año.
Son las neoplasias más frecuentes en la infancia (alrededor del 25% de los
cánceres infantiles son leucemias), y afectan con más frecuencia a los varones.
1. CAUSAS
Aunque la causa de las
leucemias no se conoce exactamente, se sabe que hay diversos factores que
pueden provocar la aparición de esta enfermedad.
·
Genéticos.
·
Inmunodeficiencias.
·
Factores ambientales.
En cuanto a la relación de los factores genéticos con el desarrollo de leucemia, se sabe
que la enfermedad es más frecuente en gemelos que en el resto de la población,
y padecer trastornos genéticos como el Síndrome de Down y el síndrome de Fanconi supone un factor de
riesgo asociado a la aparición de leucemia.
Las personas con el sistema inmunitario debilitado por la administración de quimioterapia o fármacos inmunosupresores (que se
suministran a pacientes que han sufrido un trasplante de órganos), también son
más susceptibles de desarrollar leucemia.
Uno de los factores más estudiados son los factores
ambientales, sobre todo la exposición a radiaciones ionizantes,
sustancias químicas como el benceno y ciertos fármacos,
y los virus.
La relación entre las radiaciones ionizantes y la leucemia se descubrió
a partir de accidentes nucleares (explosiones o incidentes en centrales
nucleares).
1. TIPOS
Existen varios criterios para clasificar las leucemias. Una forma de
clasificación se basa en su historia natural:
·
De Novo: cuando ocurren sin que exista un proceso previo que
desencadene la enfermedad.
·
Secundarias: cuando existe un proceso previo que desemboca en
leucemia, como por ejemplo una enfermedad sanguínea.
Otra forma de clasificarlas se basa en el tipo de célula sanguínea en la
que empieza la transformación maligna, y en la velocidad de progresión de la
enfermedad. En el caso de las leucemias agudas, su desarrollo es muy rápido,
mientras que las leucemias crónicas progresan lentamente. Además, las leucemias
pueden ser:
·
Linfoblásticas: cuando afectan a los linfocitos (variedad de leucocitos
de la médula ósea).
·
Mieloblásticas o mielocíticas: que afectan a la célula precursora de la
serie mieloide o serie roja (de los glóbulos rojos y plaquetas).
·
Leucemia
linfática aguda
En la leucemia linfática aguda las células que deberían transformarse
en linfocitos se vuelven cancerosas y sustituyen a las células normales de la
médula ósea, y se diseminan hacia otros órganos (hígado, bazo, riñones,
cerebro, ganglios linfáticos...) donde siguen proliferando, y provocan
enfermedades como meningitis, anemia, insuficiencia renal y hepática, etc. Se trata del cáncer más
frecuente en niños.
·
Leucemia
linfática crónica
La leucemia linfática crónica afecta especialmente a personas
mayores de 60 años, y más a los varones que a las mujeres. Los linfocitos
cancerosos aumentan en los ganglios linfáticos, para extenderse después al
hígado y al bazo, e invadir posteriormente la médula ósea. Esta enfermedad
progresa lentamente, y el pronóstico depende de factores como la cantidad de
linfocitos en la sangre y la médula ósea, la gravedad de la anemia, y la
capacidad del sistema inmune del paciente para luchar contra las infecciones
que pueda contraer.
·
Leucemia
mieloide aguda
La leucemia mieloide aguda se caracteriza porque son los
mielocitos (las células que deberían convertirse en granulocitos) los que se
vuelven cancerosos y sustituyen a las células normales de la médula ósea. Como
en el caso anterior, las células leucémicas viajan por el torrente sanguíneo y
se instalan en otros órganos, donde siguen creciendo y dividiéndose, causando
diversas afecciones (tumores, anemia, meningitis...) y dañando otros órganos.
Este tipo de leucemia afecta a personas de cualquier edad, pero sobre todo a
los adultos, y se relaciona con la exposición a grandes dosis de radiación y
con el empleo de quimioterapia para tratar otras afecciones.
·
Leucemia
mieloide crónica
La leucemia mieloide crónica,
que afecta a personas de todas las edades y sexos (aunque no es frecuente en
niños pequeños), cursa con anemia y trombocitopenia (escasez de plaquetas en
sangre). Las células leucémicas se originan sobre todo en la médula ósea, pero
también en el bazo y el hígado. Con el avance de la enfermedad, los pacientes
suelen presentar fiebre, fatiga, debilidad, pérdida de apetito y peso, aumento
del tamaño de los ganglios linfáticos y hemorragia.
2. SÍNTOMAS
La clínica de la leucemia depende, por un lado, de la insuficiencia
medular provocada por el crecimiento de las células cancerígenas, que impide el
crecimiento del resto de células, y por otro lado, de la infiltración de estas
células anómalas en órganos y tejidos.
El comienzo es casi siempre agudo, de forma brusca (excepto en los tipos
crónicos), y el tiempo que transcurre entre la aparición de los síntomas y el
momento del diagnóstico generalmente no sobrepasa los tres meses.
Lo normal es que los pacientes presenten síntomas en el momento del
diagnóstico, pero a veces permanecen asintomáticos (sin síntomas) y la leucemia
se diagnostica al realizar una analítica de sangre. Con frecuencia refieren:
· astenia (cansancio)
·
pérdida de
peso.
La mitad de los
pacientes presentan fiebre y sudoración, sobre todo nocturna. En el 50% de los
enfermos se aprecia diátesis hemorrágica cutánea o mucosa (hemorragias en la
piel o las mucosas).
Puede haber dolores articulares y óseos, sobre todo en los niños. Lo más
frecuente es que las células leucémicas invadan el hígado, el bazo y los
ganglios linfáticos, produciendo hepatoesplenomegalia (aumento del tamaño de
hígado y bazo) y adenopatías. En ocasiones puede afectarse el sistema nervioso,
con parálisis de nervios o aumento de la presión intracraneal (dentro del
cráneo). La afectación de otros órganos es rara, aunque en las recaídas pueden
afectarse las mamas, los testículos y la piel o las mucosas.
3.
DIAGNÓSTICO
La anemia es un dato prácticamente constante en el paciente con
leucemia. Por lo general la cifra de leucocitos se halla aumentada (leucocitosis),
aunque en algunos casos puede estar disminuida (leucopenia). La cifra de
plaquetas es inferior a lo normal (trombopenia).
Los síntomas que pueden indicar la presencia de la leucemia son
debilidad y sensación de ahogo (a causa de la anemia), infección y fiebre (por
la escasez de glóbulos blancos), y hemorragias (sangrado de la nariz y encías).
Cuando se examina una muestra de sangre del paciente al microscopio, se
observan glóbulos blancos muy inmaduros (blastos). Una biopsia de médula ósea servirá para confirmar el diagnóstico y
determinar qué tipo de leucemia sufre el paciente.
Los trastornos bioquímicos que se registran con mayor frecuencia son
hiperuricemia (ácido úrico elevado), hipocalcemia (calcio bajo),
hiperfosfatemia (fósforo elevado), hiperpotasemia (potasio elevado) e
incremento de la actividad sérica de la láctico-deshidrogenasa (LDH). Estas
alteraciones se observan sobre todo en los casos con leucocitosis, grandes
visceromegalias o adenopatías, y reflejan el elevado recambio celular. En
algunos enfermos se detecta hipogammaglobulinemia (bajo nivel de
gammaglobulinas).
4. TRATAMIENTO
El objetivo del tratamiento de la leucemia es destruir las células
cancerosas, para que las células normales puedan volver a crecer en la médula
ósea, y evitar la recidiva. En general el tratamiento de la leucemia se basa en
la quimioterapia y los trasplantes de médula ósea. Las pautas de la
quimioterapia varían dependiendo del tipo de leucemia, de modo que debe
individualizarse para cada paciente.
Durante el tratamiento puede ser necesario realizar transfusiones al
enfermo para corregir la anemia y las hemorragias, y administrarle antibióticos
para tratar las infecciones.
En la quimioterapia se suelen emplear combinaciones de fármacos, y si
las células leucémicas reaparecen al cabo del tiempo, el trasplante
de médula ósea puede
resultar la mejor alternativa de curación para el paciente. Sin embargo, para
que esto sea posible es necesario obtener la médula ósea de una persona
compatible (HLA-compatible) con el enfermo, normalmente un familiar cercano.